lunes, 8 de junio de 2009

Enfermos de SIDA alegan “olvido y discriminación”


Muerte de la dirigente social y activista en prevención del VIH, Claudia Levicura, da cuenta de una cruda realidad, y donde la pobreza y el aislamiento se convierten en tristes compañeros, hasta sus últimos días de vida.
TALCA.- El amor por el prójimo, el compromiso social y los deseos de tener una sociedad más igualitaria, serán sin duda el principal legado que dejará la ex presidenta y una de las fundadoras de la Organización Transgéneras por el Cambio, Claudia Levicura Miranda, quien a los 38 años de edad, falleciera la madrugada del sábado producto del VIH/sida. Sin embargo, detrás de esa luchadora dirigente -cuyo nombre verdadero era Luis Alberto Levicura Miranda- se escondía una vida marcada por el padecimiento de enfrentar esta grave enfermedad, pero más aún por el dolor que le generaba el abandono y la discriminación; sin duda que una cruda realidad que afecta a cientos de personas en toda la región.La vida quiso que quien fuera una de las más destacadas promotoras ciudadanas por los derechos sexuales y la prevención del sida en el Maule, viviera sus últimos días postrada en una pequeña pieza del sector oriente de Talca; situación que para sus compañeras de lucha y amigos, es el reflejo del absoluto abandono en que se encuentran hoy los enfermos con el VIH.El vocero de la Red Multicultural por la Diversidad y la No Discriminación de la Región del Maule, Michael Díaz, señaló sentirse dolido por el olvido y total abandono de las personas que viven con sida, “porque a pesar del progreso que ha experimentado el país, aún estas personas siguen siendo discriminadas tanto en lo familiar, social y laboral”. Las precarias condiciones de sobrevivencia de muchos enfermos son una situación habitual y eso a su juicio se explica por la falta de políticas públicas inclusivas, que promuevan una mayor calidad de vida y una muerte con dignidad.“No basta con lo deseos de vivir. Estas personas muchas veces no tienen oportunidades en lo económico o laboral, y eso, indudablemente, les marca la vida”, afirmó.Díaz asegura que la realidad que enfrentó la fallecida dirigente desde 1990 -año en que se confirmó su contagio- es sólo “la punta del iceberg”, y es que casos similares se deben multiplicar por cientos.“En la región tenemos 552 personas que actualmente viven con el VIH, de ellas un total de 234 están en etapa de sida, es decir ya están manifestando síntomas. La experiencia nos muestra que la vulnerabilidad es muy alta, por ejemplo hay un tema de baja escolaridad que afecta, y si a eso sumamos la discriminación y el abandono familiar, la situación se torna aun más compleja”, acotó.

Nombre del Periodista: Juan José Vega
Fecha de Edición: 08-06-2009
Diario el Centro Región del Maule

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