El sábado murió una destacada dirigente por los derechos sexuales y la prevención del sida en la región. Se trata de Claudia Levicura. Según sus amigos y gente cercana, y como lo constató este diario, la dirigente falleció en precarias condiciones, casi inhumanas. Ella era en realidad un hombre, que vivió como si fuese una mujer. Algunos podrán no estar de acuerdo, pero se trata de una opción que hay que respetar, y que el Estado ha juramentado proteger.Según el vocero de la Red Multicultural por la Diversidad y la No Discriminación de la Región del Maule, Michael Díaz, Claudia murió en el abandono. “Nos sentimos profundamente dolidos por el olvido y total abandono de las personas que viven con sida”, manifestó. “Y es que –dijo- a pesar del progreso que ha experimentado el país aun estas personas son discriminadas”.Lo que este dirigente denuncia es que faltan políticas públicas que promuevan una mayor calidad de vida y una muerte con dignidad, ya que estas personas muchas veces no tienen oportunidades en lo económico o laboral. Según la ley, las personas con VIH Sida tienen derecho a un tratamiento y a un mejor pasar, pero no todos lo logran.Por otro lado, la prevención de la enfermedad pasa por un tema de educación que aún no se da en el país, o que se está dando muy tímidamente. Algunas familias y algunos liceos y colegios temen hablar de cómo se contagia el sida y de lo que ello conlleva. Es sabido, por ejemplo, que las mujeres son las mayores víctimas en Chile por el arraigado machismo, que perdona la infidelidad masculina. O resulta difícil aceptar –por ejemplo- que nuestros hijos e hijas estén teniendo actividad sexual a muy temprana edad, antes de los 18 años. Todos estos escenarios deben conversarse en familia –el primer núcleo educador- y además en el liceo o colegio. La realidad ya está instalada, y sólo educando, conversando, mostrándola tal como es, se podrá empezar a cambiar la mentalidad de muchos que practican sexo sin las necesarias precauciones.En Chile, uno de los mayores avances a nivel de políticas públicas ha sido la inclusión del VIH Sida en el Protocolo de Atención del Plan Auge desde el año 2004. Esta consideración asegura la atención con garantías a niños y adultos que viven con el virus, en lo que refiere a tratamientos con drogas antirretrovirales y exámenes de control de Carga Viral, entre otros. Según el último informe del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud -que analizó el período de 1984 a 2007- existen 18 mil chilenos contagiados con el virus, de los cuales nueve mil 910 son portadores asintomáticos y ocho mil 487 han desarrollado la enfermedad. El dato más alarmante, en comparación al estudio del año 2006, es el aumento en un 42% de los casos de personas enfermas de sida. Una de las cifras que llama la atención en este informe es que un 16% de los afectados son mujeres, lo que muestra la tendencia que ha seguido el sida en los últimos años. Y efectivamente algo no funciona. Porque, además, el sistema demostró otra falla al no notificar a los pacientes que sus exámenes habían dado positivo y eran portadores de la enfermedad, hecho que quedó al descubierto el año pasado. La cifra es de 512 personas contagiadas a nivel nacional, que no habían sido notificadas por el Instituto de Salud Pública (ISP). Tan grave fue este hecho que la entonces ministra de Salud, Soledad Barría, renunció al cargo.
Editorial Diario el Centro
08/06/2009
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